Me encanta el deporte, sobre todo el fútbol, porque parece encarnar el valor de la fraternidad universal, rompiendo muchas barreras, tanto geográficas como raciales y políticas, etc. Son inolvidables los momentos en el seminario, cuando el deporte, y el fútbol en concreto, nos animaba, nos despejaba también durante los exigentes exámenes de filosofía, teología, etc. Y eso, que antes de entrar en el seminario no me había imaginado la existencia de deporte en un seminario. Pero sí, es también un elemento integrante e imprescindible de la vida normal de un seminario. Y es evidente el valor del deporte en las personas y en la sociedad, con su envergadura en la salud, en la economía, etc. Los jóvenes se sienten involucrados. Ellos son jugadores, aficionados, trabajadores en este sector, etc.
Fútbol, ¿el deporte más popular?
Deportes hay muchos, pero como el fútbol no hay ninguno. Bueno, aunque esto es una cuestión de gustos y colores. Sin embargo, creo que es indiscutible que el fútbol tiene muchos más aficionados. Es ampliamente considerado el deporte más popular del mundo, por sus más de 270 millones practicantes y 3,500 millones aficionados en el mundo.
Bastaría verlo en los campeonatos de cada país, y de en algunas copas internacionales, entre ellas las más importantes, como la Copa Mundial de Fútbol, la Liga de Campeones de la UEFA, la Eurocopa, la Liga de Copa de la UEFA, Mundial de Clubes y la Copa Libertadores de América, Copa América, para ganar los codiciados trofeos prestigiosos correspondientes. La pasión en esos torneos demuestra ese amor al fútbol. Por tanto, no es de extrañar que un artículo en infobae, un diario digital argentino, relacione el enamoramiento y el amor al futbol.
Valores en el fútbol
¿Cuáles son los valores deportivos saludables y los no saludables? Admitiré que puede haber algún desacuerdo sobre la respuesta a esta pregunta. Igualmente admito que estoy en un dilema entre reconocer y no reconocer como un valor saludable ganar. ¿Tú cómo lo ves?
Innumerables son los valores que se pueden apreciar en fútbol: honestidad, búsqueda de la excelencia, compromiso, diversión, amor por el deporte, ética de trabajo, humildad, resiliencia, respeto de uno mismo y los demás, trabajo en equipo, paciencia, perseverancia, asumir el fracaso, libre manifestación de propia religión, mejor esfuerzo, etc. Así que parafraseando a Diego Pablo Simeone, entrenador argentino en España, “si se cree y se trabaja, se puede.” Es reveladora también la aserción de Vicente del Bosque, ex-seleccionador de España, que “ni un balón de oro vale tanto como la estima de tus propios compañeros.”
Como decía antes, el fútbol nos abre al mundo, tejiendo esa fraternidad universal a menudo herida por colonialismo, ignorancia, discriminación racial, el afán por el poder y el dinero, etc. Concuerdo con la afirmación del célebre futbolista español, Xavi Hernández, que “es increíble lo que la pasión por el fútbol puede unir a la gente de todo el mundo.” Es bien conocida esa pasión mundial por algunos equipos y jugadores como Real Madrid, Barcelona, Manchester United, Liverpool, Juventus, Messi, Ronaldo, etc. En fin, para muchos, el fútbol proporciona ilusión y ganas. Muchas. Muchas ganas de perseverar, luchar, creer en uno mismo, etc.
¿Se puede superar lo negativo
del mundo futbolístico?
No es todo trigo limpio en el mundo de fútbol. El radicalismo en este juego existe. Según un estudio de la Universidad de Coimbra, en Portugal, el futbol despierta emociones, a veces irracionales, que cruzan la frontera entre el amor tribal y el fanatismo. Prueba de ello son las reacciones racistas y de violencias contra los equipos o aficionados adversarios. ¿Eso es ser hincha? Creo que eso devalúa el fútbol como instrumento de fraternidad universal. Además, ese odio contradice los ideales de muchos buenos futbolistas, aquellos filantrópicos, para un mundo mejor indistintamente de la afiliación o afición deportiva de los beneficiaros.
Me parecen injustos los desmesurados emolumentos de sus ingresos por su remuneración y los denominados derechos de imagen y publicidad. Otros valores negativos incluyen ganar a cualquier costo, bravatas, egoísmo, machismo, insensibilidad, solo búsqueda de fama y fortuna, deshonestidad, etc. Y vosotros jóvenes que sois o seréis padres y entrenadores o directores deportivos, creo que es el momento de recordar y tener en cuenta esa realidad de valores en el deporte.
Concluyo evitando ser criticado por halagar demasiado el fútbol. Lo hago citando al afamado ex-velocista jamaicano Usain Bolt. Bolt, un apasionado de fútbol, afirmó que “cuando eres joven, sólo piensas en divertirte, no te preocupas de lo que te parará el futuro. Pero después de un tiempo compitiendo, ves lo que puedes conseguir. Esto es lo que hago para vivir, así que debo concentrarme en lo que quiero.” Y pues como Usain, muchos de esos jugadores vienen de familias humildes, pero su trabajo duro, su perseverancia, es lo que le ha valido el salto al éxito y a la fama.
Así que, joven, acuérdate que puedes conseguir mucho con el trabajo, resiliencia y con otros. Y cuando te diviertes con el fútbol, piensa en tu futuro, también el de tu familia, de la comunidad y de toda la humanidad.