Soy Ramón Lázaro Esnaola, en enero de 2001 llegué a Costa de Marfil. Entre 2008 y 2012 trabajé en Kinshasa (República Democrática del Congo). Luego, volví a Costa de Marfil. Llevo tres años viviendo en un contexto urbano, antes, siempre viví en contextos rurales. Este diálogo que os comparto está basado en hechos reales en mi reciente visita a España.
- Y, ¿de dónde dices que vienes?
- De Costa de Marfil.
- Eso está en África, ¿verdad?
- Sí, en África Occidental, casi en línea recta al sur de España, a unos 6.000 km, detrás del desierto del Sahel.
- Y, ¿qué tal por allí? Mucha pobreza, ¿no?
- Bueno, es distinto. La vida allí está montada de otra forma. En algunos ámbitos son más pobres que nosotros… en otros, son más ricos.
- Ahí va, ¿de verdad?
- Sí, tienen menos infraestructuras que nosotros, menos servicios sociales, sanitarios, educativos… En ese sentido son más pobres.
- Sí, claro, allí son muy pobres.
- Pero son más ricos en la importancia que dan a la persona, ella es el centro (no es el tiempo), tienen un sentido de familia más alargado que el nuestro, hay menos personas deprimidas. Más apoyos. No sé si serán más felices pero no tienen mucho tiempo para reflexionar sobre su calidad de vida. Viven el aquí y el ahora con plena conciencia sin tanto “mindfulness”.
- Es verdad, no he oído que haya muchas personas deprimidas por allá. Pero a ti, ¿se te habrá hecho muy difícil comprender a los marfileños y marfileñas?
- Al principio un poco. Yo fui con muchos juicios previos, creía que enseguida me iban a engañar o que había mucha inseguridad y violencia. Pero luego me he dado cuenta que hemos generalizado malas experiencias de algunas personas. La realidad no es esa.
-¿Ah, no? ¿No hay mucha violencia?
- Yo llegué en 2001, he hecho infinidad de viajes desde entonces por toda clase de carreteras, pistas, caminos y autopistas. Solo una vez tuve problemas con unos bandidos y fue en septiembre de 2001. Ha pasado mucho tiempo. Entre septiembre de 2002 y 2008 hubo un conflicto que se enquistó. La guerra duró apenas unos seis meses pero el país quedó dividido entre el norte controlado por los rebeldes y el sur controlado por el gobierno. En la ciudad más importante de Costa de Marfil, que será más o menos como Madrid. Nunca me han robado nada. Esa es mi experiencia.
- ¿Y qué comes allí?
- Arroz, ñame, mandioca, espaguetis, pollo, carne de vaca o de cerdo, salsa de tomate, de cacahuetes, de pipas de girasol, de nuez de palma, papaya, piña, mangos, bananas, naranjas. Esa es mi dieta. Todo muy sano. Casi todo natural, del campo a la cocina y de la cocina a la mesa. Muy pocos alimentos refinados, con pocos conservantes. Por ejemplo, el aceite de palma tan vilipendiado por aquí entra en mi dieta semanal. Claro, que no está refinado que es lo que le hace dañino para la salud aquí, en Occidente.
- Ah. Aquí, sin embargo, estamos haciendo boicot a todos los productos con aceite de palma. Es muy malo también para el medio ambiente porque se empobrece la tierra con esas plantaciones tan extensas.
- En Costa de Marfil, también hay plantaciones de palmeras de esas que dices. Pero lo que más perjudica al medio ambiente son las plantaciones de cacao que tenemos. Somos el primer productor mundial. ¿Has oído algo de hacer boicot al chocolate que provenga de plantaciones que están destruyendo el medio ambiente?
- No, de eso oí algo pero hace ya muchos años. Ahora no está de moda eso, lo que está de moda es el boicot al aceite de palma.
- Yo, sin embargo, he leído algún artículo últimamente denunciando lo que te digo del cacao pero parece ser que no es tan sencillo denunciar a la Nestlé, Mars y compañía, son multinacionales muy poderosas.
- Ya, ¿y no has comido cosas más raras?
- Sí, también, pero como algo excepcional. Es cierto que me gusta arriesgarme y probar. También he comido mono, murciélago, armadillo, caracoles. Pero eso han sido excepciones, cuando me han querido ofrecer algo distinto. No es lo habitual.
- Madre mía, desde luego, ¡tienes que tener un “estómago misionero”!
¿Y el clima? Hará un calor insoportable, ¿verdad?
- Hay dos estaciones, la de lluvias y la estación seca. Entre noviembre y enero hay la estación del “harmattan” que procede del desierto del Sahel. Al mediodía hace unos 30º y al atardecer y al amanecer unos 14º, así que la sensación térmica es de que hace mucho frío por el contraste de temperatura que hay en tan poco tiempo.
- No sabía, que hiciera fresco en África.
- África es muy diversa. Por ejemplo, en Kenya durante el verano español hace mucho frío, no fresco. En Sudáfrica, por ejemplo, hace también mucho frío en invierno. África es un continente enorme y que, por lo tanto, tiene una gran diversidad climática.
- Ah, no tenía ni idea. Aquí siempre hablamos de África como si fuera un país. Sin embargo, es verdad, es un continente.
- Como te decía, en Costa de Marfil el clima también varía mucho entre el norte y el sur. En el norte el calor es muy seco. Así que no molesta tanto. En el sur, al estar cerca de la costa, es más húmedo. Y uno siempre está sudando.
- Ramón, muchas gracias por este diálogo. Es cierto que aquí tenemos muchos clichés sobre el continente africano y, desde luego, somos incapaces de hacer la diferencia entre Marruecos, Costa de Marfil, la República del Congo, Kenya o Sudáfrica. Metemos a todos en el mismo saco.
- Sí, es una pena. Sin embargo, no es lo mismo ser latino que alemán o eslavo. Europa también tiene sus diferencias. Y, sin embargo, África es tres veces más grande que Europa. Bueno, muchas gracias también por escucharme. Yo estoy enamorado de las gentes de Costa de Marfil y allí ya me siento como en mi hogar. Me han dado mucho más de lo que yo les he aportado. Hasta la próxima.