Los "escuadrones de la muerte" de Davao, los intocables sicarios de Filipinas
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Rodrigo Duterte, candidato en las presidenciales del 9 de mayo en Filipinas, presume de haber eliminado a cientos de criminales en la ciudad de Davao (sur del país), lo que no impide que se presente como favorito en la cita a las urnas para decidir el próximo jefe de Estado.
"Para Rodrigo Duterte, los brutales 'escuadrones de la muerte' que se han cobrado las vidas de más de 1.000 personas mientras él ocupaba el puesto de alcalde de Davao (...) no son un problema. Son una plataforma política", dijo Human Rights Watch (HRW) en una de las muchas denuncias que ha hecho contra él durante los años.
El propio Duterte ha presumido en numerosas ocasiones de matar a criminales en su ciudad como un método "muy efectivo" para reducir la tasa de delincuencia, situada en una de las más altas del país cuando llegó a la alcaldía en 1988.
"Ahora somos la novena ciudad más segura del mundo. ¿Cómo creéis que lo he hecho? (...) Les maté a todos (los criminales)", dijo el candidato a la presidencia durante un reciente discurso público.
Según las filtraciones de Wikileaks de los documentos de la Embajada de Estados Unidos en Manila, Estados Unidos considera desde hace años que Duterte controla estos escuadrones.
"Claramente, Duterte está detrás del grupo llamado 'Escuadrones de la Muerte de Davao'", escribió en enero de 2005 el entonces embajador estadounidense en Manila, Francis Ricciardone.
Otro documento elaborado recientemente por el Centro Tambayan de Davao, una organización que protege los derechos de los niños, elevó el número de muertos por estas bandas a 1.424 presuntos criminales entre 1998 a 2015.
Este grupo, que recopila desde 1998 los datos sobre asesinatos que publican los distintos diarios de la región, subrayó que más de la mitad de las víctimas fueron varones, menores de 25 años, con pocos recursos y que residían en las zonas más empobrecidas de la ciudad.
"Muchas de las víctimas estaban involucradas en asuntos de drogas ilegales, ya fuera como traficantes o consumidores", señaló en una nota de prensa el padre Amado Picardal, de la Congregación del Santísimo Redentor, que colabora con el Centro Tabayan.
"Otros llevaban a cabo crímenes menores, como robo de teléfonos móviles, o formaban parte de bandas callejeras", añadió el clérigo, que subraya que son los más desfavorecidos los ejecutados y no los importantes traficantes de droga presentes en la ciudad.
Picardal explicó que los fallecidos no estaban armados y que "muchos estaban simplemente sentados en una esquina o a las puertas de alguna tienda, hablando con amigos, cuando de repente les dispararon a sangre fría".
Nadie ha sido juzgado por ninguna de estas muertes, mientras que Duterte habla abiertamente de sus planes para reducir los índices de criminalidad del país con la eliminación de otros 100.000 delincuentes si gana las elecciones.
"A los camellos, a los secuestradores, los ladrones, encontradlos y arrestadlos. Si se resisten, matadlos a todos", resumió en uno de sus mítines Duterte.
Según Tambayan y la Embajada de EEUU en Manila, importantes figuras políticas del país, de la Policía de Davao y de los propios residentes protegen a Duterte.
"Ha sido muy difícil denunciar estas matanzas extrajudiciales porque la mayoría de la gente de Davao las apoya", confirmó el padre Picardal.
Los millones de seguidores que tiene Duterte por todo el país también aceptan su "fórmula" para reducir los robos, el consumo de drogas y otros delitos en Filipinas.
"A mí lo único que me importa es que acabe con las drogas y con el crimen. Cómo lo haga... eso ya me da absolutamente igual", declaró a Efe Rose Sarinas.
"En Filipinas la gente solo reacciona al autoritarismo, y Duterte es el único lo suficientemente autoritario como para poner un poco de orden en este país", agrego la trabajadora filipina que, sin ninguna duda, acudirá a votar el 9 de mayo.
A menos de dos semanas de la cita a las urnas, las últimas encuestas indican que Duterte está a la cabeza de la carrera presidencial con un 35 por ciento de la intención de voto, 12 puntos por encima de su rival más inmediato, la senadora Grace Poe.