Características de la juventud
Una amiga me pasó un mensaje de WhatsApp con unos puntos interesantes que creo que describen bastante bien la juventud o el ser joven. Puntualizaba los aspectos de la vitalidad y flexibilidad, que impulsan al joven a ser laborioso, y a amar la acción y la actividad. También, señalaba la amistad en los jóvenes que surge casi espontáneamente porque tienen la capacidad de conectarse con el otro. Además, notaba la audacia y creatividad como particulares en la juventud, lo que lleva al joven a tener iniciativa, canalizando así su dinamismo en lo necesario y lo nuevo, sin necesariamente ser friki.
Sin duda, la ilusión no puede no ser parte de ese cuadro de las características juveniles, lo que es la esperanza y estar siempre mirando al futuro, desarrollando optimismo y ganas de vivir. Eso explica el caso de quemar neuronas preparando para un examen de un profesor buenazo o no. De aquí también brota la capacidad de proyectar, de prever, de entusiasmo, y es lo que le exige al joven la valentía y el riesgo. Es lo que explica la perseverancia del joven sin amuermarse en su curro a pesar de la desagradable actitud de un mandamás.
Cambios en la vida misionera
Una de las cosas que nuestra vida misionera requiere es la disponibilidad al cambio de misión. Confieso que me cuesta el cambio cuando después de unos cuantos años de estar asentado un lugar de misión. Es una experiencia que me ha tocado vivir este mes de diciembre luego que mi congregación me pidiera realizar el cambio, después de unos 5 años en Zaragoza, para irme a Málaga. Me ha reavivado las memorias de momentos parecidos del pasado cuando en mi país Kenia, abandonaba mi ciudad Mombasa para ir a Nairobi para la formación, cuando dejaba Nairobi para Sagana, y luego Roma, Madrid y finalmente Zaragoza donde he estado durante estos años.
Confieso que no ha sido fácil realizar el cambio. De hecho, me interpelaba si tenía esa flexibilidad, audacia, ilusión y valentía de la juventud. Obviamente, los cambios afectan al misionero cuando cambia el clima, etc. Bueno, a mí me favorecía el clima cálido de Málaga, reminiscente del clima de Mombasa, mi querida ciudad de origen. De esta manera, me escapaba de aquel cierzo de que pela de Aragón. Sin embargo, me imaginaba las amistades que había hecho en Zaragoza estos años y como de alguna forma se diluyen con el cambio.
Qué llevar y qué dejar
Descubrir que tenía un mogollón de ropa y otras cosas, la mayoría regalada. Me hizo estar mal de la chaveta, incapaz de elegir qué llevar y qué dejar. Mola cuando es fácil tomar tu mochila e partir inmediatamente, y ahorrar ese tiempo para otra cosa, como dormir. Dormir bien. Pero no lo hice esa anoche anterior al viaje, así me apalanqué en el coche hasta Málaga, dejando a mi compañero al volante todo ese rato. Sí, yo estaba empañado por el sueño. Después de comerme el coco intentando escoger lo más necesario para llevar, me había acostado muy tarde, durmiendo casi nada.
No obstante, me llevé lo más importante. En primer lugar, llevé en mi corazón a las personas y su amistad. Llevé experiencias ricas de mi trabajo con jóvenes y en colegios, grupos parroquiales y otros. Me acarreé recuerdos, ideas, planes e ilusión. Ilusión para realizar el pan de ser feliz viviendo junto a mis compañeros de comunidad la misión de ser testigo de Jesús en el mundo. Poco a poco me doy cuenta de las posibilidades de lograr mis metas en Málaga. Así que el cambio no es necesariamente malo.
¿Qué te llevas en este nuevo año?
El cambio en la vida se vive también en un nuevo año, un momento de repensar nuestro camino, tener propósitos para llegar a determinadas metas. ¿A dónde quieres llegar en este nuevo año? ¿Cuáles son tus metas?
¿Qué llevas en tu “maleta”? ¿A quién llevas contigo? Las personas y las cosas serán necesarias en tu proyecto de este año. Las personas pueden ser familia, amigos, acompañante, compañeros de estudio o curro. A esa maleta no le pueden faltar ganas, ilusiones, esperanzas y un plan para llegar a tus objetivos concretos para que sea un año fenomenal.
Eres de la generación R (Red), los jóvenes de la era digital, los que viven el impacto cultural de las tecnologías de información y comunicación en la sociedad y en su visión de la vida y del mundo. Sé que no eres un adepto de “ninis”, los jóvenes que ni estudian ni trabajan, sino un joven entusiasta y con ganas de crecer y hacer un mundo mejor para ti y para los demás este año. ¡No dejes de ser joven!