¡Hola! Soy María de Nazaret, la madre de tu amigo, Jesús. Llevo tiempo con esta intención de escribirte, pero no hemos tenido Internet. Como sabrás, José, mi esposo, es carpintero, pero los bancos y las mesas que ha hecho estos meses aún no se las han comprado. Así que no podemos permitirnos muchas cosas, e Internet es una de ellas. Pues qué suerte, hoy al llegar a la casa de mi prima Isabel, tengo la conexión WiFi. La verdad es que me gusta salir. Salir hacia los demás, con mis pies… Como no sé cuándo de nuevo podré estar conectada, ten paciencia conmigo que mi WhatsApp puede ser un poco más largo de lo normal. Sé que me echarás en cara, “a buenas horas…”, pero escuchar es una virtud importante, por eso te pido, por favor: ¡escucha!

Bueno, puede que todavía estés dudando quién soy, pero es que no tendrías guardado mi número en tus contactos, pero yo sí que te tenía guardado en mi corazón. Es que me gusta salir hacía los demás, también con mi corazón. De hecho te veía estos días. He visto tus preocupaciones y tus anhelos. He visto en tu familia la situación del paro y precariedad laboral, alguna dificultad en estudios, rotura de relación familiar… Y te comprendo.  Pero sé que todo lo vas a superar. Sí, lo conseguiréis. Yo te acompaño ¡Ten esperanza!

Oye, te informaba del cumpleaños de mi Hijo, el día 25 de diciembre. Sabes toda la historia, por la catequesis. Lo primero fue fiarme de Dios porque me demostró que es fiable, así acogí el regalo que me dio. Me dijo que Jesús venía para la salvación de la humanidad. La verdad es que al inicio dudé, pero luego el Espíritu que me dio me fortaleció y me hizo ver su fidelidad. Así que le ofrecí mi vida, y salí con mis brazos abiertos para acogerlo y recibir ese bien para la humanidad que repercute también en mí y en ti. Si que cuando salgo para acoger a los demás, con mis manos y mis brazos, también yo recibo muchísimo, te lo prometo. Así que te animo. Te animo para que no dudes en salir para acoger a los demás. Me refiero a todos los que te necesitan, incluyendo a la señora vecina, al emigrante, al compañero de clase, al pobre en la calle, o también un miembro de tu familia… ¡Acoge!

Soy una luchadora, como tú. Precisamente por eso, conozco tu realidad, tus luchas, tus anhelos y aspiraciones. Aprendí de Jesús. Si, te puede parecer una bobada, pero es verdad que soy discípula de mi Hijo, porque como te he dicho antes, es también Hijo de Dios. De él he aprendido mucho, no solo como ser madre, sino también como ser hija. Si, hija de Dios. ¿Sabes qué fue lo que más me impresionó de Jesús? Obviamente me hablarías de su sufrimiento, muerte y resurrección en el tercer día. Por supuesto, eso es muy importante, si no, todo el resto tendría poco sentido, o sea, vino para eso. Para salvarnos. Pero me impactó el hecho de que no hablara solo de la felicidad futura, sino que lo que prometía lo realizaba también en la tierra consolando a la gente con las curaciones, la multiplicación de los panes y peces, la lucha por la justicia. ¡Qué buen vino gustamos en Caná de Galilea después del milagro! La verdad es que no me gusta el vino, pero ese tenía algo especial, una cosa indescriptible, algo sobrenatural diría yo… Mi Hijo arriesgó su vida en medio de los jefes de los judíos, los fariseos, los saduceos, y todos los que estaban en su contra, para luchar por la justicia, la dignidad de la persona. De él aprendí la lucha. Si, tú también tienes tus luchas. Aprende de él. No te desanimes, que estamos contigo…. ¡Lucha!

Quería que este chat sirviera para que no te olvidaras de mí, pero sobre todo agradecerte por celebrar con mi Hijo su cumpleaños, con la única finalidad de hacerte feliz de saber que te acompaño, y animándote a estar al loro acompañando a los demás, que son hijos de Dios como tú. ¿Lo harás? Espero que ayudes a Jesús a ejecutar su plan de hacerte feliz y colaborar para la felicidad de los demás.  Con oración, un como bien puedas. Échanos una manita ¡Colabora!

Perdona mi poca destreza en ciberlenguaje. Me queda mucho por aprender en utilizar las imágenes y el material audiovisual, como lo haces. Ah, que me he acordado de los mensajes que mandaste a una amiga común, sobre todo los emoticonos chulos que usas, para transmitir emociones y, con ello, el sostenimiento de las relaciones de amistad. Bueno, te tengo que decir que algunos chats provocan mala leche…. O a veces se interpretan mal. Bueno, entiendo que el ciberpragramatismo requiere rapidez y pues un proceso taquigráfico. De todas formas, tu cibercultura es abracadabrante. Eres increíble con este modo de salir al encuentro de los demás. ¡Qué envidia! Te aseguro que te alcanzaré. Pero siempre, y especialmente en esta Navidad te invito que colabores con nosotros, escuchando, dando esperanza, saliendo para acoger y luchando con nosotros por el bien de la humanidad. 

Sé que no te olvidaras de mi, ¿verdad? A propósito, soy la misma, aunque me llamen con distintos nombres… La Virgen del Pilar, del Carmen, de la Esperanza, de Guadalupe, de Chiquinquirá, de Bisila, de Sheshan, de Częstochowa, etc. Sí, ¡soy también la Consolata! Cuenta con mi consuelo en tus momentos difíciles. Seguro que verás a Jesús hoy. Bueno, él te ve. Juan, sus padres Zacarías e Isabel, José y yo te mandamos un abrazo. ¿Qué me dices?