Nos enseñaron que Dios lo sabe todo, que Dios lo puede todo… De ahí que resulte lógico que le pidamos a Dios que nos dé respuesta a nuestras preguntas y solución a nuestros problemas. Muchas veces se olvidaron de enseñarnos que Dios nos ama a todos. Y porque nos ama quiere que crezcamos. Que nos sintamos dueños y responsables de nuestras vida. Que busquemos la solución en los momentos difíciles y si nos equivocamos, tengamos la humildad de reconocer nuestro error y creemos otras respuestas.
Si en la Escuela del mes anterior se nos hablaba de no ser jueces de los demás, hoy Jesús nos dice
que tampoco Dios es juez.
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