Erradicar la trata de personas, un compromiso ineludible en el siglo XXI
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Más de 21 millones de personas en el mundo son víctimas de la trata para la explotación laboral y sexual mediante el uso de la violencia, la amenaza o el engaño, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
El tráfico de seres humanos en el mundo se lleva a cabo mediante distintas formas de explotación, como la prostitución, los trabajos forzados, la criminalidad, la mendicidad, el servicio doméstico, el matrimonio forzado, el trasplante de órganos, así como cualquier otra forma de esclavitud.
Por desgracia, del total de víctimas de trata en el mundo, alrededor de 5 millones son niños, y más de 10 millones son mujeres y niñas. En la actualidad, los migrantes se han convertido en las principales víctimas de la trata por los comerciantes de esclavos del siglo XXI.
El domingo, día 30, se conmemora el Día Mundial contra la Trata de Personas, una jornada para informar, sensibilizar y concienciar sobre una lacra que, según Naciones Unidas, afecta a 106 países como origen, tránsito o destino.
La trata de personas figura como uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de 2015 para que en 2030 se erradiquen los trabajos forzados, la esclavitud moderna, el tráfico de personas, el trabajo infantil y la eliminación de todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas, incluida la trata y la explotación sexual.
Desde MISIONES SALESIANAS, denunciamos la situación de esclavitud en la que viven millones de menores en el mundo y exigimos que se aborden las causas comunes que lo generan: la pobreza, la desestructuración familiar, los conflictos armados, la demanda de obra barata, la impunidad.
Sólo en África Occidental, casi 400.000 menores y jóvenes son vendidos cada año por mafias que trafican por personas, y es que el tráfico de personas es la empresa criminal que crece más rápido en el mundo, ya que genera aproximadamente 150.000 millones de dólares (136.000 millones de euros) anualmente en forma de beneficios ilegales, según la OIT. Explotaciones agrícolas, esclavitud doméstica, minas, prostitución y venta ambulante son algunos de los destinos de los niños, niñas y jóvenes víctimas del tráfico de personas.
El documental de Misiones Salesianas No estoy en venta presenta esta realidad en primera persona con las historias de Rachidi y Jules, dos menores de Benín que fueron vendidos, explotados y maltratados, pero también rescatados por los Salesianos, que trabajan con muchos menores como ellos para que superen los traumas y recuperarlos, gracias a la educación, a la vez que colaboran con los gobiernos y se enfrentan a las mafias para combatir esta lacra en países como Benín, Costa de Marfil, Sierra Leona, Ghana.