Por falta de inversión crece la hambruna en Etiopía
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- Category: Noticias de África
- Written by Pedro Luís Martin Olivares
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Ante la falta de inversiones en áreas estratégicas de Etiopía, la FAO detalla que es muy grave el contexto relacionado con la seguridad alimentaria de este país.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ya lo viene advirtiendo: es demasiado grave la situación nutricional en Etiopía, donde más de 8,5 millones de personas necesitan ayuda en este segundo semestre de 2017.
La culpa se la echan a los continuos impactos climáticos, que supuestamente han dado lugar a sequías consecutivas que inducen un aumento del hambre y que las tasas de malnutrición lleguen a niveles alarmantes.
Y es que en las zonas más impactadas del país -el sur y el sureste- escasean las lluvias por tercer año consecutivo. De acuerdo con la FAO, la respuesta gubernamental pretende estabilizar el panorama, sin embargo, urge de un gran esfuerzo y soporte para impedir que el horizonte se deteriore aún más.
Contextualizando la economía de Etiopía está basada en la agricultura que absorbe el 45% del Producto Interior Bruto, el 85% de la mano de obra1 y el 90% de las exportaciones.
El producto principal es el café destinado en su casi integridad a la exportación, del que viven directa o indirectamente el 25% de la población. Este alto volumen, unido a la variabilidad de los precios internacionales del café, hace que la balanza exportadora sea muy vulnerable.
Los procesos de sequía, agravados en la década de los 80 del siglo XX, convirtieron grandes extensiones de terreno de cultivo en áridas o semiáridas, en parte por las condiciones climáticas, en parte por la tala de árboles para leña.
Los desplazamientos de población y de refugiados con ocasión de las múltiples guerras con Eritrea, facilitaron el asentamiento de gran número de población en zonas con apenas recursos agrícolas y ganaderos, lo que provocó hambrunas y persistentes degradaciones del suelo que no se ha recuperado.
En la actualidad, y tras la firma de la paz definitiva con Eritrea, el número de personas dependientes de la ayuda interior o exterior para la supervivencia se ha reducido de 4,5 millones de personas en 1999, a 2,7 millones de personas en 2003.
En cuanto a la minería, Etiopía tiene reservas de oro y tantalio, así como mármol, potasa, mineral de hierro y gas natural. Las explotaciones de este último han sufrido diversas convulsiones y altibajos con ocasión de los múltiples conflictos bélicos hasta 2002.
La paz permitió el uso de los puertos eritreos de Assab y Massawa y el de Yibuti para la salida al mar de los productos etíopes.
En la actualidad se desarrolla un plan económico basado en el incremento del uso de la energía hidroeléctrica, la explotación del gas natural, la recuperación de zonas agrícolas y la diversificación de las actividades económicas, dentro de una economía todavía muy centralizada y dependiente del sector público y de la ayuda extranjera.
Los problemas del hambre como consecuencia de una mala cosecha en el periodo 2004-2005 han provocado que 3 millones de personas, de las cuales 750 mil son niños, estén, según la ONU, en situación de alto riesgo, habiéndose aprobado una ayuda de emergencia de 70 millones de dólares, financiada por Estados Unidos, la unión Europea, Japón, Sudáfrica y Australia.
En el 2017, la actual crisis de seguridad alimentaria y nutrición no puede resolverse solo con ayuda de emergencia. La solución a más largo plazo reside en el fortalecer la resiliencia de las comunidades para resistir mejor los vaivenes y evitar recaer en una situación de crisis, enfatizó.
En ese contexto, el director general de la FAO, José Graziano da Silva; el presidente del Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola, Gilbert F. Houngbo; y David Beasley, director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA), visitarán Etiopía del 1 al 4 de septiembre próximo.