En estas breves líneas quiero compartir con todos vosotros el análisis de un interesante estudio sociológico sobre el horizonte de la sociedad española de aquí al 2018, realizado por el centro Reina Sofía con el apoyo del centro de ayuda contra la drogadicción en adolescentes y jóvenes la afad.
El estudio al que hago alusión revela elementos muy importantes a tener en cuenta sobre el futuro económico, del paro, de los jóvenes como de las relaciones intergeneracionales que se ven claramente afectada por este momento coyuntural.
Se pronostica que en el año 2018 se reducirá la población activa en España por el aumento de los mayores de 65 años que pasarán del 17% actual al 20% de la población.
El empleo continuará siendo precario, intermitente con baja remuneración, condiciones laborales de poca calidad, etc.
El papel de los mayores
Ello contribuirá a que aumenten las familias multi-generacionales es decir familias en que se acumulen las rentas de sus miembros y que éstas se compartan; donde la pensión de los mayores representará el ingreso más sólido y continuado de los hogares. En otras palabras aumentará la dependencia de los jóvenes hacia sus padres y hacia sus abuelos y a la vez los más jóvenes contribuirán al cuidado de sus mayores. Pareciese aparentemente, una vuelta a los modelos de familia tradicionales. Según el estudio se denomina a este tipo de familia: familia sándwich; esta nueva conformación parental llevará a algunas consecuencias auspiciosas como por ejemplo a que los distintos miembros empiecen a compartir puntos de vista afines como por puede ser dar valor a la supervivencia sobre todo económica y a la auto realización personal. Parece que este peculiar modelo se prolongará en el tiempo debido a tres factores simultáneos: la maternidad, emancipación tardía y el crecimiento de esperanza de vida
La crisis como oportunidad
Resulta obvio apreciar que la crisis económica presenta retos difíciles y sobrecogedores pero también podemos ver por debajo y entre líneas elementos positivos. Pensemos que toda crisis es una oportunidad para hacer las cosas mejor de lo que se han hecho hasta ahora.
Sabiendo que el estado de bienestar que hemos vivido queda atrás casi para siempre no queda otra alternativa que luchar por implantar los derechos ciudadanos y combatir las políticas de dependencia. Por ello todo esto nos lleva hacia un pacto de responsabilidad compartido. Más que nunca todos los que se ven involucrados saben lo que pasa y por dónde.
Es bueno apreciar que debido a este escenario coyuntural se ha comenzado a romper un modelo individualista de vida alimentado por el egoísmo y la inmediatez de la sociedad de bienestar. Hemos pasado de donde todo lo que antes uno era capaz de poseer y estaba a la mano y lo conseguía, a comenzar a pensar en “lo común a todos”; tomando conciencia que jóvenes, adultos y personas mayores solo podrán salir delante de la crisis si salen juntos paso a paso. De este modo las familias deberán de ocupar un papel de cobijo de parte de los abuelos y un papel de cuidado de parte de sus hijos y nietos porque los padres solos no pueden; por todo ello en este nuevo tipo de familia que ya se esa estableciendo es el único lugar donde sus miembros tienen asegurado el cariño y afecto que todos necesitan. Por lo tanto más allá de todo lo negativo que pueda traernos la crisis económica se vislumbra un aspecto positivo y es comenzar a ver que esta opera como estímulo de cohesión y transformación que lleva a pensar en lo común y actúa como factor de protección importantísimo para todos.
Crecer en solidaridad
También en este nuevo diseño familiar en su proceso de adaptación a los tiempos de crisis económicas se augura cambios que pueden resultar positivos en los jóvenes a nivel del valor de la colaboración entre generaciones; siempre hay algo que los jóvenes pueden aprender de los mayores y de los mayores de los jóvenes para construir juntos un nuevo modelo. El tomar conciencia que hay gente a tu alrededor con quien tienes que convivir, que debes de contemplar y ver que puedes hacer por ellos y ellos por ti, es algo realmente valioso. Este es uno de los papeles que según los expertos los jóvenes están empezando a asumir; de hecho en el mundo joven comienza a hacer su aparición una actitud seria de implicación frente a las cosas y compromiso activo, con una disposición de pelear por todos, porque ya no se trata solo de ellos, sino de ellos y los mayores, reivindicando las cosas que no le gusten, todo esto es realmente esperanzador.
Por tanto, se abocarán a un mayor compromiso público que se manifestará a través de nuevas formas de participación y protesta para cuestiones sociales concretas que afectan al conjunto del país, siguiendo por ejemplo el modelo del movimiento Stop desahucios y desembocando en opciones políticas novedosas, capaces de recoger sus votos, como está ocurriendo en Grecia e Italia. Se apoyarán en un marco de movilización permanente, manteniendo la influencia moral y la ilusión de los que organizaron el 15-M. En los próximos cinco años la agitación social provocada por los movimientos juveniles empujará a sindicatos y partidos políticos a atender las demandas de las nuevas generaciones que lograrán un respaldo popular cada vez más amplio.
Se intuye un cambio de mentalidad en la juventud, unido a unos valores menos materialistas y más éticos, donde el compromiso social y las ganas de cambiar las cosas se sitúan en un plano preponderante. En definitiva, la crisis los hizo más fuertes.