La mayoría de nosotros necesitamos demostrar que “valemos” como personas.
Necesitamos demostrarlo frente a los demás, pero fundamentalmente necesitamos convencernos
a nosotros mismos.
A quienes se creen más de lo que son los consideramos “enfermos”. Pero la mayoría
tenemos una imagen demasiado baja de nosotros mismos e intentamos persuadirnos de que
valemos más de lo que creemos.
La pedagogía de Jesús va encaminada a que cada uno reconozca su auténtico valor. Y
para ello no hace falta “agrandarse”… basta con verse con la mirada de Dios.
Y en el Reino de Dios hay lugar para todos. Él hace salir el sol sobre buenos y malos y
caer la lluvia sobre justos y pecadores.
No es que todo valga. Pero capaz que haya que cambiar nuestra forma de vernos y valorarnos.
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