Cuando se habla del papel de los jóvenes en la vida de la iglesia, se nota un cierto pesimismo, sobre todo proveniente de las personas mayores, y éstos se limitan a decir en muchos casos que no hay jóvenes, solo porque en algunas ocasiones han tenido una experiencia un poco negativa.
Creo que es una expresión equivocada, ya que jóvenes hay en cualquier parte del mundo, lo que pasa es que no participan en la vida de muchas comunidades parroquiales por un sinfín de motivos que no viene al caso enumerar, pero debemos dejar ese sentido pesimista a la hora de hablar de los jóvenes, ya que su no participación se deben en muchos casos a un cierto descontento con la religión, desconocimiento o que ésta no ha respondido a sus expectativas.
También es verdad que hay realidades y lugares donde, por una cierta trayectoria de vida, los jóvenes no forman parte de la vida de la iglesia porque nunca se les ha invitado a participar y a formar parte de la vida eclesial. Al hablar de los jóvenes y su papel en la iglesia yo iría más allá y hablaría de ellos y su gran papel en el futuro de la sociedad actual, una sociedad que camina cada día y donde se va notando en ciertos casos, el gran protagonismo que van adquiriendo.
Una nueva forma de ver el mundo
En el ámbito de la política, podemos ver gran número de jóvenes que comienzan a militar en diferentes fuerzas políticas. Pero es notorio que las corrientes políticas donde militan, en su mayoría no son las tradicionales, sino esas nuevas fuerzas que han surgido por el descontento con las políticas del pasado que no han llenado en cierta manera las expectativas de la sociedad de hoy, y donde los jóvenes irrumpen como los grandes protagonistas.
En muchos casos se puede ver que estos jóvenes quieren darle un nuevo sentido al hecho de hacer política, se nota este sentir cuando se habla con muchos de estos nuevos líderes jóvenes que están surgiendo en las comunidades; también se nota mucho en ellos una cierta inclinación hacía el laicismo, pero no un laicismo donde se respete las creencias y los pensamientos de los otros, sino una cierta inclinación hacia un laicismo excluyente, es decir, donde se quiere borrar una cultura y una manera el pasado religioso de muchos países de Europa.
Los grandes protagonistas
Los jóvenes hoy tienen un gran protagonismo en la sociedad, y ésta espera mucho de ellos. Podemos ver que hoy más que nunca hay un sinfín de grupos y ONG que están lideradas por jóvenes, muchas en favor de los más necesitados, donde ofrecen su servicio como voluntarios y desempeñan un papel muy valorado en la sociedad, llegando a ser reconocidos por muchas personas. Esto nos está diciendo que el papel del joven de hoy es muy importante para la sociedad y que el interés de éstos por la vida social es latente y papable a pesar de que en muchos casos no manifiesten su interés por una u otra religión.
Volver a las fuentes
Pero se puede notar hoy más que nunca un cierto descontento, o en muchos casos rechazo, ante la vivencia de la fe dentro de la iglesia, podemos ver incluso dentro de ésta que muchos hacen parte de los movimientos y grupos, pero que su participación en la vida sacramental es nula. Muchos se limitan a la parte social o al voluntariado que ésta ofrece, pero no a la vivencia sacramental. Esto es un motivo de cuestionamiento para nosotros, y nos invita a reflexionar y ver el tipo de formación que dentro de la iglesia estamos impartiendo a nuestros jóvenes y qué es lo que les estamos ofreciendo. En muchos casos hemos dejado a un lado esa parte sacramental de la vivencia de la fe, convirtiéndola en opcional, cuando debería ser fuente y base para cada actividad llevada adelante por nosotros. Creo que aún estamos a tiempo de recuperar ese espacio perdido y convertirlo en prioridad, no seguir alimentando ese estilo del pasado y que hoy nos está comenzando a pasar factura.
Necesitamos de vosotros
Los jóvenes son el futuro de la iglesia y de la sociedad lo he repetido un sinfín de veces, y no me cansaré de hacerlo, la iglesia necesita de vosotros, de los aportes e ideas nuevas que vosotros podéis ofrecer, y que a su vez la puedan hacer respirar aires nuevos, esos aires nuevos que están haciendo respirar hoy a las instituciones o partidos políticos que están surgiendo, la iglesia necesita de vosotros para seguir transmitiendo el mensaje de Jesús que vino para todos.