Cada uno de nosotros ha nacido en su mayoría, en el seno de una familia con sus aciertos y sus errores, se dice que no existe la familia perfecta y se dice también, que cada uno de nosotros es reflejo de lo que ha vivido en el seno de la familia; estas afirmaciones pueden ser ciertas o no, lo importante es que los jóvenes en su mayoría provienen, han crecido en el seno de una familia, que en mayor o menor medida ha tenido mucho que ver en el desarrollo de sus conductas y acciones.
Un gran desafío
La sociedad actual tiene un gran desafío por delante y es definir el concepto de familia, ya que continuamente nos aparecen un sinfín de definiciones al respecto, sobre todo en el mundo juvenil, donde las nuevas tecnologías nos han hecho ver innumerables formas y estilos de familias, llegando a crear una visión más amplia, por no decir variada y compleja de los que es la familia, y en algunos casos ha generado una cierta confusión.
Dos realidades
La familia en la mayoría de las culturas tiene un peso considerable y en cierto modo influye en las decisiones que toman los jóvenes, pero no siempre es así, nos encontramos con jóvenes que al cumplir su mayoría de edad se desconectan de sus familias y asumen ellos mismos las riendas de sus vidas, dejando a un lado sus propias familias y convirtiéndose así en protagonistas de sus propias decisiones. También nos encontramos con aquellos jóvenes que han creado una dependencia de la familia, ya sea por cuestiones económicas y personales, que se sienten muchas veces atados a un modelo que no les permite asumir el protagonismo a la hora de tomar sus propias decisiones.
Punto de referencia
La familia, es para la mayoría de los jóvenes ese punto de referencia, ese modelo a seguir, modelo que no está exento de errores y de aciertos, pero que está delante de nosotros para indicarnos, para orientarnos y mostrarnos muchas veces el camino a seguir.
La familia y la iglesia
La iglesia apuesta siempre por la familia, como ese núcleo donde los jóvenes van aprendiendo gracias al ejemplo y al testimonio que esta puede aportar a cada uno de sus miembros, especialmente a los más jóvenes. En la familia se aprende el arte del buen ser, el saber afrontar las situaciones complejas que la vida nos va presentando; por eso la familia no puede ser en la vida del joven un instrumento de dependencia, sino un lugar donde ellos puedan sentirse apoyados y acompañados, donde se valore sus aciertos y se corrija con caridad sus errores.
Jesús nació en una familia, quiso Dios que aprendiera y se dejara guiar por el ejemplo y el testimonio de unos padres, quiso Dios que su Hijo experimentara la ternura, quiso Dios que su Hijo aprendiera valores que trascendieran cualquier cultura, quiso Dios que su Hijo no fuera indiferente ante el dolor y al sufrimiento de los demás, y todo eso lo aprendió seguramente en el seno de su familia.